Para muchos padres, el hito del control de esfínteres es uno de los que genera más presión. En algunos casos, lamentablemente, la angustia viene generada por la escuela o guardería que no acepta a los niños con pañales y pone a los padres (y al niño) en el absurdo corre corre, de aprender a controlar esfínteres contra reloj.
No hay edad límite para que un niño use pañales. Según los estudios del desarrollo psicomotor Haizea-Llevant el 50% de los niños controlan los esfínteres de día a los 30 meses (2 años y medio), el 75% a los 36 meses (3 años) y el 95% a los 42 meses (3 años y medio). Como ven, la mayoría de los niños alcanzan el control más cerca de los 4 años que de los 2.
Adicionalmente a la madurez fisiológica, el aspecto psicológico es sumamente relevante. Entre los 2 y los 3 años, los niños se reconocen como individuos independientes de la madre y el padre. Empiezan a querer a hacer todo solos y se aventuran en nuevos descubrimientos. Se dan cuenta que pueden controlar la expresión de emociones y pensamientos a través del lenguaje así como de los desechos que salen de su cuerpo. Al principio, pueden incluso sentir que lo que queda en el pañal, son partes de su cuerpo que se botan cada vez que mamá o papá los cambia.
Antes de iniciar el proceso, es necesario detectar varios indicadores de que nuestro niño está preparado para iniciarse en el control de esfínteres:
- Le incomoda tener el pañal sucio y pide que lo cambien rápidamente.
- Expresa claramente cuando tiene deseos de ir al baño.
- Puede aguantar las ganas mientras llega al baño.
- Pasa largos períodos con el pañal seco.
- Expresa su deseo por usar pantaletas o interiores.
Si sientes que ya tu hijo está listo para empezar, puedes ayudarlo con las siguientes estrategias:
- Llevarlo al baño con mamá o papá para que vea el proceso y luego desee imitarlo.
- Jugar con un muñeco o muñeca poniéndolos en el inodoro.
- Hablando sobre la función del inodoro y su funcionamiento.
- Ofreciéndole el inodoro cada cierto tiempo.
- Felicitándolo cada vez que expresa su deseo de ir al inodoro y cuando logra hacer sus necesidades en él.
- Colocando un aro reductor en el asiento del inodoro y un banquito bajo sus pies.
Lo más importante es respetar los tiempos de tu hijo. Cada niño tiene su propio ritmo y aunque sus pares (niños de su misma edad) ya controlen esfínteres, esto no es indicativo de que tu hijo deba hacerlo. Recuerda que este es un proceso madurativo y siempre puede interrumpirse y retomarlo más adelante si sientes que la cosa no va bien. La retirada del pañal de día no tiene por qué ser paralela a la retirada del pañal de noche. Ten presente que durante la noche pasan más horas, el cerebro no está igual de alerta y las temperaturas normalmente descienden lo que le provoca a tu peque, más deseos de hacer pipí.
Escucha a tu hijo en todo momento. Si expresa satisfacción con el proceso, acompáñalo para ir avanzando hasta dejar los pañales. Si por el contrario notas que está ansioso o frustrado, dale la oportunidad de retomarlo en otro momento.
Comenta con otros padres tu experiencia. Esto te ayudará a tranquilizarte y a tener expectativas reales respecto al proceso.
No hay edad límite para que un niño use pañales. Según los estudios del desarrollo psicomotor Haizea-Llevant el 50% de los niños controlan los esfínteres de día a los 30 meses (2 años y medio), el 75% a los 36 meses (3 años) y el 95% a los 42 meses (3 años y medio). Como ven, la mayoría de los niños alcanzan el control más cerca de los 4 años que de los 2.
Adicionalmente a la madurez fisiológica, el aspecto psicológico es sumamente relevante. Entre los 2 y los 3 años, los niños se reconocen como individuos independientes de la madre y el padre. Empiezan a querer a hacer todo solos y se aventuran en nuevos descubrimientos. Se dan cuenta que pueden controlar la expresión de emociones y pensamientos a través del lenguaje así como de los desechos que salen de su cuerpo. Al principio, pueden incluso sentir que lo que queda en el pañal, son partes de su cuerpo que se botan cada vez que mamá o papá los cambia.
Antes de iniciar el proceso, es necesario detectar varios indicadores de que nuestro niño está preparado para iniciarse en el control de esfínteres:
- Le incomoda tener el pañal sucio y pide que lo cambien rápidamente.
- Expresa claramente cuando tiene deseos de ir al baño.
- Puede aguantar las ganas mientras llega al baño.
- Pasa largos períodos con el pañal seco.
- Expresa su deseo por usar pantaletas o interiores.
Si sientes que ya tu hijo está listo para empezar, puedes ayudarlo con las siguientes estrategias:
- Llevarlo al baño con mamá o papá para que vea el proceso y luego desee imitarlo.
- Jugar con un muñeco o muñeca poniéndolos en el inodoro.
- Hablando sobre la función del inodoro y su funcionamiento.
- Ofreciéndole el inodoro cada cierto tiempo.
- Felicitándolo cada vez que expresa su deseo de ir al inodoro y cuando logra hacer sus necesidades en él.
- Colocando un aro reductor en el asiento del inodoro y un banquito bajo sus pies.
Lo más importante es respetar los tiempos de tu hijo. Cada niño tiene su propio ritmo y aunque sus pares (niños de su misma edad) ya controlen esfínteres, esto no es indicativo de que tu hijo deba hacerlo. Recuerda que este es un proceso madurativo y siempre puede interrumpirse y retomarlo más adelante si sientes que la cosa no va bien. La retirada del pañal de día no tiene por qué ser paralela a la retirada del pañal de noche. Ten presente que durante la noche pasan más horas, el cerebro no está igual de alerta y las temperaturas normalmente descienden lo que le provoca a tu peque, más deseos de hacer pipí.
Escucha a tu hijo en todo momento. Si expresa satisfacción con el proceso, acompáñalo para ir avanzando hasta dejar los pañales. Si por el contrario notas que está ansioso o frustrado, dale la oportunidad de retomarlo en otro momento.
Comenta con otros padres tu experiencia. Esto te ayudará a tranquilizarte y a tener expectativas reales respecto al proceso.
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