domingo, 8 de julio de 2012

¨El Día Que Naciste¨



En la víspera de tu nacimiento,
la noticia de tu llegada
se fue conociendo entre los animales.


El reno le contó a la golondrina del Ártico,
quien le contó a la ballena jorobada,
quien le contó al salmón del Pacífico,
quien le contó a la mariposa monarca,
quien le contó a la tortuga verde,
quien le contó a la anguila europoea,
quien le contó al canario
y la maravillosa noticia recorrió el mundo entero.


Mientras esperabas en la oscuridad,
con tus rodillas acurrucadas a tu barbilla,
la Tierra y sus criaturas
con la Luna y las Estrellas,
todas se movían y se acomodaban
listas para recibirte
en el preciso momento
del día justo de tu llegada.


El día que naciste
la redondez del planeta Tierra,
buscó tu amanecer
dejando atrás la oscuridad
y convirtiendo la noche en día.


El día que naciste
la fuerza de gravedad
te sostuvo en la Tierra
con la promesa que nunca te despegarías.


Mientras en el espacio profundo
el candente sol
enviaba llamas que iluminaron tu cielo
desde el amanecer hasta el anochecer.


El día que naciste,
la quieta Luna iluminaba
y prometió traer su cara más brillante cada mes
a tu ventana.


Mientras arriba en el Polo Norte,
Polaris, la Estrella Brillante del Norte,
se mantuvo quieta, brillando con su luz plateada
e iluminando el cielo de tu noche.


El día que naciste,
la Luna haló el océano,
y ola por ola,
una marea lavó las playas para tus pisadas.


El día que naciste,
un bosque de altos árboles
recogió toda la luz del Sol
y sus hojas
se quedaron en misterioso silencio
fabricando oxígeno para tu respiración.


Mientras tanto,
pegadito a tu piel y alto como el cielo,
el aire revoloteó adentro y afuera
protegiéndote con su manto invisible,
a ti y a todas las criaturas de la Tierra.


El día que naciste,
la Tierra giró, la Luna haló,
el Sol calentó, y después, con una pujada,
saliste de tu oscuridad tranquila
y pudiste oír un círculo de voces
familiares y conocidas.


¨Bienvenida al mundo¨cantaban las voces,
mientras lavaban tus manitos nuevas.

¨Bienvenida a la Tierra verde¨ cantaban las voces,
mientras envolvían tu cuerpo resbaloso y húmedo.


Y acercándose bien a ti,
suspiraron en tu oído nuevo:
¨¡Estamos felices de que estés aquí!¨


Traducido por Vida Gaviria
¨On the Day You Were Born¨
de Debra Frasier.

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